Un voyeur es una persona que recibe gratificación sexual mirando los cuerpos desnudos de otras personas, especialmente si estas personas están practicando el acto sexual. En algunos países se les llama "Brecheros", ya que a menudo esta persona le gusta estar situado en un lugar donde los que están siendo observados no saben que lo observan.
¿Es el voyeurismo un pecado?
Por supuesto que sí. Si usted se satisface mirando o brechando" a los demás, a una dama mientras se cambia de ropa, a una joven mientras se baña, a una pareja mientras tiene relaciones íntimas, etc., usted está violando la privacidad de esta persona o personas.
A menudo los veyeuristas se masturban mientras "acechan" a sus víctimas. ¡Esto es un pecado combinado!
¿Se imagina usted el susto, la sorpresa y la indignación que recibiría si se diera cuenta que su vecino ha estado espiando sus momentos más íntimos a través de un agujero de su casa? ¿O mirando a su hija adolescente mientras, en la privacidad y santidad de su habitación, se cambia de ropa?
¿Es pecado si la otra persona consiente?
Si usted mira a su esposa mientras está desnuda, o viceversa, no es pecado, ya que es parte de la relación íntima y usted como esposo/a está en su derecho, porque ustedes son propietarios mutuos de sus cuerpos. Pero si el caso es extremo y usted está tan viciado por esta práctica y usted se satisface en "brechar" hasta a su esposa cuando se baña, por ejemplo, cuando ella no está consciente de que la está observando, usted está también rompiendo un pacto de confianza entre usted y su esposa y dudo mucho que Dios se satisfaga con ello.
Además está el caso de mirar a una persona que no sea su esposo o esposa, y que esté consciente de que usted lo está mirando. Esa sería una perversión sexual también, ya que la intimidad/desnudez del cuerpo nuestro es únicamente pertenencia de nosotros mismos y de nuestros esposos, no de nadie más. Así que estas personas que pagan para ver a otros bailar o modelar desnudos, están prácticamente viendo pornografía.
Todas las prácticas lujuriosas son ofensivas ante Dios. Cuando usted le da riendas sueltas a su carne, usted nota que la intención original de diseño del sexo comienza a pervertirse y se comienzan a usar instrumentos de placer, juguetes sexuales, pornografía, posiciones vergonzosas, fornicación, adulterio, masturbación, sexo anal, sadismo, bestialidad, masoquismo, homosexualismo, lesbianismo, transexualismo, voyeurismo, exhibicionismo, etc., etc., etc.
La Escritura nos advierte sobre la lujuria (fruto de la carne):
Mateo. 5:27, "»Oísteis que fue dicho: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón."
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